Zurbarán
Cuando uno contempla algunas obras de Zurbarán siente admiración por la admirable representación
de los ropajes, sean eclesiásticos o seglares. Se disfruta de la magnífica textura de los hábitos, de los brocados, de multitud de detalles de sus cuadros que constituyen pequeños bodegones… Me han encantado los bodegones
del padre, Francisco, y un par de pequeño formato realizados por su hijo Juan. Sin embargo, ha habido otros cuadros que me han gustado menos, quizás esos que muestran escenas más complejas y elaboradas.
17
de Junio de 2015